Fecha: 12/02/2015
Fuentes: Autores: Harrison G. Pope, Jr., Ruth I. Wood, Alan Rogol, Fred Nyberg, Larry Bowers, and Shalender Bhasin
Actualidad
Pese al extendido uso de las sustancias que mejoran el rendimiento, los medios de comunicación han centrado su atención casi exclusivamente en aquellas utilizadas por los deportistas de élite para obtener una ventaja competitiva, y no en los riesgos que plantean para la salud. Está muy extendida la percepción errónea de que el uso de estas sustancias es seguro o de que sus efectos negativos son asumibles. En realidad, la gran mayoría de los usuarios no son deportistas, sino simples levantadores de pesas, y sus efectos adversos son básicamente ignorados.
Esta declaración científica resume la información disponible, identifica las lagunas de conocimiento y pretende centrar la atención de la comunidad médica y los responsables de elaborar políticas en torno al uso de las sustancias que mejoran el rendimiento como un importante problema de salud pública. Los usuarios de estas sustancias consumen frecuentemente dosis altamente suprafisiológicas de las mismas, las combinan con otras sustancias potenciadoras del rendimiento y/u otras drogas clásicas y presentan adicionales factores de riesgo asociados.
Su uso se ha relacionado con un mayor riesgo de muerte y una gran variedad de trastornos cardiovasculares, psiquiátricos, metabólicos, endocrinos, neurológicos, infecciosos, hepáticos, renales y musculoesqueléticos. Al no poder reproducir éticamente mediante pruebas aleatorias las grandes dosis de sustancias de mejora del rendimiento y los muchos factores relacionados con su uso, necesitamos estudios observacionales para recoger datos válidos acerca de los riesgos que su uso plantea para la salud.
Además, necesitamos estudios sobre la prevalencia de su uso, sobre los mecanismos por los que afectan negativamente a la salud y sobre los efectos interactivos de estas sustancias con las lesiones deportivas y otras conductas de alto riesgo. Y es preciso también que realicen pruebas aleatorias para evaluar las intervenciones terapéuticas necesarias para tratar sus efectos adversos, como el síndrome de abstinencia de los esteroides anabólico-androgénicos.Salto de línea Finalmente, debemos elevar la conciencia pública sobre las graves consecuencias que el uso de estas sustancias tiene para la salud.