Fecha: 14/03/2013
Fuentes: Nicolas Palmié, Hélène Peyrière, Céline Eiden and Claire Condemine-Piron. Thérapie 2013 Janvier-Février 68 (1); 27-29
Actualidad
El consumo de anabolizantes ha cambiado a lo largo de los años siendo utilizado por deportistas y no deportistas con el objetivo de mejorar su aspecto físico y conseguir reconocimiento social. Este cambio en el consumo junto con nuevas formas de adquisición (internet), dificulta la evaluación precisa del consumo. Estudios epidemiológicos recogen que entre el 15 y el 30 % de los consumidores de anabolizante no practican deporte de forma regular.
En este artículo se realiza un estudio retrospectivo de las llamadas recibidas entre 2000 y 2008 en la línea de información antidopaje francesa relacionadas con el consumo de anabolizantes. La información recogida en estas llamadas incluye datos demográficos, razón de la llamada, nombre del anabolizante, características del consumo (incluido los efectos que se buscan), y los efectos secundarios tanto físicos como psíquicos.
De las 6613 llamadas recibidas, 214 estaban relacionadas con anabolizantes; 97% hombres y adultos (197 casos). La información solicitada fue: efectos adversos (42%), dopaje (28%), riegos para la salud (10%), asistencia psicológica (10%), legislación (2%)... La mayoría de las llamadas (85%) fueron realizadas por personas que realizaban fisicoculturismo o fitness. En el 15% de los casos la llamada fue realizada por el entorno del consumidor.
Se informó sobre 15 diferentes anabolizantes, siendo el más común la testosterona con 61 casos, seguido por nandrolona con 25, metandienona con 22 y estanozolol y clenbuterol con 12.
En el 64% de las llamadas se recogieron las razones para el uso de anabolizantes: aumento de la masa muscular (76%), mejora de las habilidades sociales (15%), mejorar las habilidades deportivas (5%) y perder peso (3%). El 36% aportó información sobre el consumo: duración del consumo por ciclo (media 3 semanas) y forma de administración (40% intravenosa). En el 37% de los casos el usuario padecía efectos adversos: el 50% efectos físicos, el 31% efectos psicológicos y el 19% restante de los dos tipos, el 21.25% presentaba síntomas de dependencia.